Las controversias que surjan entre las partes durante la ejecución del contrato se resuelven mediante arbitraje.

Cualquiera de las partes tiene derecho a iniciar un arbitraje institucional a fin de resolver dichas controversias, las cuales serán resueltas bajo la organización y administración del Centro de Arbitraje de la Asociación Nacional de Arbitraje (ANARB) y conforme a su estatuto y reglas, a los cuales las partes se someten incondicionalmente.

Las controversias sobre nulidad del contrato solo pueden ser sometidas a arbitraje.

El Laudo arbitral emitido es inapelable, definitivo y obligatorio para las partes desde el momento de su notificación.